miércoles, 3 de agosto de 2016

El camino



Y qué pasa si descubro que antes de empezar ya me había rendido.

Caminando por las calles solitarias y oscuras de una ciudad que ya no es la mía, me dedico a buscar sombras, charcos que reflejen algo que me llame la atención. Pero el efecto de un espejo ya no parece funcionar cuando se trata de mí al otro lado...

Miro en la profundidad de mis ojos, y no veo nada, están vacíos.

Todo este tiempo intentando legar a una meta que va alejándose de mi cada vez más, que huye desesperadamente porque seguramente no sea la que tenga que alcanzar. Qué lastima.

He dedicado los últimos treinta años de mi vida a buscar un alma perdida que me llamaba desde el otro lado, y hoy me doy cuenta de que era yo misma, llorando, perdida en otra dimensión de la que intentaba huir. ¿Dónde estaba? ¿Por qué nadie intentó salvarme?

Está empezando a llover en esta dimensión en la que mi cuerpo se encuentra. Como en cada sueño, mi paraguas, con el que he cargado durante toda mi vida, ha desaparecido, y lo único que puedo hacer es mojarme. Es la peor tormenta en años, y no puedo hacer nada para protegerme de ella.

Estoy tan perdida….

Vago por un mundo sin fronteras, como barrera temporal la eternidad… Nadie a mi alrededor. Aun miro a la derecha y a la izquierda antes de cruzar carreteras en las que nadie ha circulado desde hace siglos.

Mi carrera nunca acabará, sigo y sigo andando hacia un lugar que no existe, buscando la compañía de personas que ya no están aquí.

Se marcharon cuando la gran catástrofe ocurrió, supongo, cuando perdí mi alma.
Ahora parece que ya nada me importa, solo quiero que alguien me libere de esta carga que sujeto en mis hombros. Esta mochila empezó a pesar demasiado años atrás….

La lluvia es cada vez más fuerte, y a penas puedo caminar. Pero, ¿cuánto tiempo llevo andando?
Mis pies están en carne viva, pero ya ni siquiera duelen. Ya no siento nada…
Supongo que todo cambió cuando ella se marchó de mi lado. Me prometió una eternidad juntas, siempre cuidar de mí, y en algún punto del camino, olvidó su compromiso.

Cuando miro atrás y veo su cara angelical, me pregunto si podría haber hecho algo para salvarla. Supongo que la decisión estaba tomada, y cualquier cosa que hubiese dicho, no habría importado.

Miro al reloj, y no se para qué. Lleva parado a esa hora desde que se marchó. Presa en este mundo infernal, en esta cárcel en el que cada día es tan solo un recordatorio de que ella ya no está.

Miro atrás, me pareció oír algo. Supongo que son solo mis pasos. ¿A dónde voy? No lo se. Perdí mi rumbo…

Un árbol se troncha en dos tras ser golpeado por un rayo.
Yo soy la siguiente, lo se.
Abro los brazos mientras me mantengo de pie en medio de la carretera, esperando a que ocurra.
Pero luego me doy cuenta. ¿Esperando a que ocurra el qué? Llevo una eternidad esperando a que la muerte me lleve de este mundo, pero de hecho ni siquiera le he dado una oportunidad. Supongo que para mi perdió su sentido cuando ella se marchó.
Aunque, pensando, hurgando en esos últimos recuerdos que metí en un baúl y tiré al mar cuando se marchó, su último deseo fue que luchase. Que hiciese que su marcha tuviese sentido.
Y aun así, aquí estoy, encarcelada en estas cuatro paredes infinitas que siguen moviéndose en dirección contraria a mí, llegando a ningún sitio, yendo a ningún lugar, encontrando a nadie más.

Abro los ojos y despierto en una habitación repleta de gente. Tengo diez años y ella me dice “Prefiero estar rodeada de toda esta gente que me trata mal, a estar completamente sola.”

Quizá eso es. Quizá ese es el problema. Tan solo busco la compañía de una gente que me va a hacer daño, que me va a herir.
Quizás es el momento de darme cuenta de que sea lo que sea lo que ocurra, nada va a cambiar el hecho de que estoy aquí, en este mundo, y estoy sola.

De repente, el deseo de vivir por ella, de demostrarme a mi misma que ella no tenía razón, de demostrárselo a ella si un día la vuelvo a ver en mis sueños, cala.
Corro. Corro y no dejo de correr. En todas direcciones, pero no parezco avanzar. Se que el rayo que va a acabar con mi vida está a punto de caer, y aunque he decidido luchar, parece que el destino tiene otra idea para mi.

Tres segundos, cuatro, y finalmente el peso de mis decisiones, ahora se, erróneas, cae sobre mi. La luz y un calor que no había sentido desde que el mundo que conocía desapareció, me envuelven.

Entonces, de entre las sombras de una luz abrumadora, en la lejanía, alguien camina hacia mí. Los miro, incrédula, mientras me froto los ojos.
Allí están. Son todas las personas que me importaban y que en algún momento de mi vida desaparecieron. Que partieron mi alma en añicos, que destruyeron la persona que fui. Los que no se marcharon, pero cambiaron. Los que se volvieron monstruos, los que me decepcionaron.

- ¿Qué estáis haciendo aquí?
- Hemos venido a despedirnos. Hoy eres libre. Hoy eres tu otra vez, sin nosotros, sin el peso en los hombros. Hoy pasas página, hoy nos perdonas y no te preguntas nunca más qué habría pasado si….
No pasó, Jade, no pasó y nunca pasará, porque el momento ya no es entonces. No podrías haber hecho nada para salvarnos, ni para salvarte a ti. Ahora abre los ojos, es hora de volver…

jueves, 21 de abril de 2016

Los ojos del demonio

Hoy he decidido volver a escribir, como hago cada vez que encuentro un sentido nuevo a esta vida.
Parece tan complicado pasar desapercibido, cumplir tus metas sin tener que masacrar a alguien por el camino. Here was hoping.

Parece que llevo toda una vida detras de estar a cargo de al menos una parte de un restaurante,. y apenas supero los cinco anios desde que empece de verdad.
Me he esforzado tanto, tratado de dar todo en cada uno de los trabajos que he tenido, en cocina o sala, que parece que el esfuerzo ha sido mucho mayor que la recompensa, pero, lo ha sido?

Cuando miro a los ojos del demonio, me doy cuenta de que siempre ha venido a donde yo estaba para decirme que cada cosa que intentaba no me iba a salir. Que no podia dibujar.  que no podia escribir. Que no podia cocinar, que no podia servir, que no tenia cerebro, que jamas llegaria a nada.

En esta nueva temporada, cuando he dado un paso adelante, el demonio ha aparecido otra vez en los ojos de una companiera del alma.

Tras muchas horas pensando que hacer, sentada con mis sabios ancestros, conversando, buscando soluciones.... Me he dado cuenta por mi misma (y seguro que siguiendo alguna senial oculta que ellos me han mandado) que no importa.
No importa lo que haga desde este punto, o como lo haga.
No importa porque yo he conseguido lo que tu nunca podras.
El demonio ha poseido a la que fue mi amiga durante anios, y ella ya no esta. Y aun si supiese que bajo toda esa malicia ella esta en algun sitio, tendria que seguir mi camino hacia delante sin ella.

Asi que llegados a este punto, parezco tener la solucion al alcance de las manos.  Hacer lo que me de la gana.

Escuche a los que me dijeron que iba a cocinar con un microondas? me vieron tocar las estrellas. Los que pensaron que iba a limpiar banios? Ahora trabajan para mi.

Asi que ahora, cuando el demonio me mira con sus ojos inyectados en sangre, entiendo porque lo hace, lo que ocurre. Esta celoso.

Porque yo no deje de buscar mi camino cuando pusieron arena encima para que no lo viese. Porque yo no me detuve cuando me lo ordenaron. Porque cuando me pusieron la zancadilla, me cai, llore, pero me levante y segui caminando.

Asi que usa todos los insultos que sepas, tratame como una mierda, riete en mi cara cuando cometo un error o tratas de hacerme parecer estupida, pero he ganado. Y siempre ganare, porque lo cierto es que yo no juego a nada, yo vivo mi vida y trato de llegar a donde debo. Y desde alli, nada menos, hoy te escribo.

Dejame marchar hoy, no hay nada mas entre nosotras. Solo rencor que hoy, te suplico, puedes dejar marchar.


























jueves, 3 de marzo de 2016

Me siento bien.

Veo un mundo nuevo desde esta ventana.
Veo mi vida hasta esta momento, una carretera llena de baches y obstaculos que he ido sorteando.
Veo mi infelicidad, mi depresión, mi rock bottom. Pero lo veo desde la parte de arriba de estas escaleras, las que me han traido aqui. Y ahora puedo reir al verlo. Puedo imaginar cómo lo habría hecho de otra manera. Pero ya no importa. Porque ahora que estoy en este piso, nadie puede bajarme de aqui.

Me siento bien.