Las viejas telas. Esas que se esconden en la parte de atras de cada armario, de cada ciudad en la que tengo posesiones, desde hace ya un año y medio.
No se esconden con verguenza, pero se esconden.
Sueños. Viajes. Amistades y amor.
Todo lo que conllevan, todo lo que vivieron esas telas puestas en mi. En forma de delantales, de chaquetillas, de gorros y de camisetas que un dia me llevaron a donde jamas pense estar.
Nombres bordados que recuerdan una carrera hacia el sol.
Que paso?
Todo aquello acabo con un terrible accidente, senti mi alma escapar de mi cuerpo.
Quiza hubiese necesitado sentarme a hablar con mis grandes maestros, los que tantas veces me salvaron de saltar al precipicio.
Pero alli, junto a él, no habia nadie. Ni siquiera estaba yo, porque lo que alli quedaba de mi no tenia nada que ver con quien fui.
Por una vez en mi vida, ni siquiera necesité alguien que aprobase mi decision.
Fue dolorosa, y durante meses no pude mirarme al espejo, estando segura de que le habia dado la espalda a un sueño.
Ahora, con la perspectiva del tiempo, y los años que me quedan por delante, hoy se que no fue un error. Que esas telas rozaran mi piel de nuevo, que mis brazos se quemaran, que tendre calor y luego frio. Que volvere a la cocina en la que frei, ase y planche mis sueños.
Solo necesitaba un tiempo.
Un tiempo que me diese perspectiva. Que me enseñase donde estaba, por que, que me diese alas. Que me ayudase a defenderme, que me diese ventaja, que me hiciese echarlo de menos.
Se que tome la decision adecuada. Se que los maestros no tenian que estar ahi, y que pedir aprobacion para mi decision hubiese sido un enorme error.
Asi que se que esa chaquetilla con banderas, sera un dia mi motivo, y que el reloj de la estatua solo me recuerda que el momento llegara.
Un dia
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