- "Siento molestar" dije al entrar en la habitación. Y te juro que, de no estar penado por la ley, les habría matado. Ya sabes, todos tenían esas caras de "no encajas aquí" y "no durarás". Y mi sangre hervía.
- Me puedo imaginar lo que pasó después. Te pusiste manos a la obra para demostrar que estaban equivocados. Te dejaste la piel, ¿no es así?... La gente usa todo su poder para hundir al resto, cuando no creen en si mismos...
- Y no es justo. Mucha gente que valía, se ha quedado por el camino por creerles. Cuando entré en esto, supe que iba a ser mi día a día, pero que nunca iban a tumbarme.
- Mi hermana pequeña dejó el dibujo, porque un profesor le dijo que hacía mierda, y que no iba a llegar a ningun lado. Años después, viendo sus dibujos, el propietario de una galería, expuso sus obras.
- Esto es así. Ella perdería toda esperanza, no querría seguir.
Aun recuerdo cuando, estudiando aeronáutica, mi profesor de aerodinámica me dijo en la primera semana de clase que esa asignatura no estaba hecha para mí, y que no creía que pudiera aprobarla. De aquella dependía totalmente el pasar o no de curso.
- Déjame adivinar lo que hiciste luego de aquello. ¿Te metiste en la habitación a oscuras hasta que conseguiste entender todas y cada una de las fórmulas, palabras, puntos y comas de aquella asignatura?
- Desaparecí del mundo aquellos dos semestres, en que repetí profesor. Mi primer examen, lo suspendí con un dos, ni le había dedicado el tiempo suficiente, ni realmente entendía nada de aquella asignatura.
Pero una vez que me dijo que jamás iba a poder aprobar su asignatura, con esa cara de desprecio y superioridad, no hubo mañana para mi. Tenía que demostrar a toda costa a ese bastardo, que se equivocaba.
- Jajajaja, y, si te conozco un poco, no bajaste del nueve en los siguientes exámenes....
- Nada de nueves. Me volqué tanto, que no aceptaba menos de un diez. Mi nota final, aun así, por el primer examen, fue un nueve. Pero al final del curso, me vino a felicitar personalmente. Y me pidió perdón por haberme subestimado.
Con esto, quiero decir que hay dos maneras de hacerlo; una es dejarte hundir, y dejar tu pasión, porque alguien opina que no vales para ella, y otra es cagarte en los muertos de Mahoma, pensando que puede tener razón, ¡y en seguida reaccionar pensando que, por lo menos, mereces la oportunidad de intentarlo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario