sábado, 15 de agosto de 2015

La puerta 2

Es extraño- pensé-... Siento que pertenezco a este lugar, que es mío, que no hay otro sitio donde debería estar... Pero... Dos manos heladas aprietan mi garganta, no me dejan respirar...
-JADE!!! Jade, abre la puerta!
Es él. Ha venido.
***
-Asi que... Cuál es tu nombre?
-Xa-xandra- Mis ojos seguían cerrados, sentía como si mi cabeza fuese a explotar. ¿Qué había ocurrido?
-¿Xandra?, Vaya, ese es un nombre que no se oye todos los días! Mi nombre es Miguel. ¡Bienvenida! Vaya viajecito, ¿no?
-¿Viajecito? ¿Qué...?- Terminando de abrir los ojos, ví como su mano tendida en el aire esperaba a ser agarrada.
-Vamos, mujer, que no muerdo, ¿o vas a pasarte el día ahí tumbada? Está un poco sucio ahi abajo...- ¿Pero dónde estoy? Miré alrededor y solo ví mugre. Parecía que estuviese en un bosque, o en una maceta, porque no había más que tierra y plantas.
-¿Dónde estamos?
-Tu en Babia, por lo visto. Yo en el bosque, y si me preguntas, un poco preocupado por tu salud mental... ¡Creo que el golpe te ha afectado más de lo que creía!
-Pero... ¡Pero había llegado! ¡Estaba alli, pasé la puerta! Recuerdo el chirrido que hizo al cerrarse tras de mi...
-¿Qué puerta? Madre mía, mi madre me lo dijo muchas veces... No recojas personas en el bosque, que si estan alli es porque estan tarados!
-¿Qué?... ¿Dónde está Carlos?
-Bueno, ya es suficiente de tantas preguntas, ¿te levantas o no? Tengo otras cosas que hacer hoy, ¿sabes? ... A todo esto, ¿de dónde eres?
-De Bilbao, ¿por?
-¿Y qué haces aqui? No me dirás que has venido andando, ¿no?
-Pues si, ¿qué pasa? ¿Me puedes decir de una vez dónde estamos?- Me estaba desesperando poco a poco- ¿dónde está Mediavía?
-Acompañame, es mejor que lo veas por ti misma...
Mientras andábamos, en nuestro camino solo había vegetación y tierra... Es más, parecía que estuviésemos andando en círculos y durante horas, porque todo era idéntico a lo demás...
Algo cambió súbitamente, sin darme cuenta hasta que estaba enfrente de mis narices. Una caseta, un lago y una cascada. ¿De dónde había salido todo aquello? Habría jurado que no estaba allí cinco minutos antes.
-Dios, los pies me estan matando...
-Mira que eres quejica, ¡madre mía! Anda, siéntate... Hay mucho de lo que hablar. Este té te ayudará a relajarte.
-¡Sabe a pies! ¿Qué es este brebaje?
-Es diente de león y cola de caballo, te sentará bien...
-¿Diente de qué?
-Vale, es té verde, ¡es lo único que he encontrado! Eres más quisquillosa... Bueno, pero vamos a lo importante... ¿Vas a decirme la verdad de porqué estás aqui, Jade?
-¿Ja-Ja-Jade? Soy Xan...
-Venga ya, déjate de cuentos, de mi no tienes que esconderte, se quien eres, ¡lo que no se es qué haces aquí!
-¿Cómo sabes quién soy?
-Oye, eres muy maleducada, ¿sabes?... Apareces en mi territorio, asi de repente, después de años de llamarte, y todavía te permites el lujo de hacer preguntas incesántemente. Me estás tocando las pelotillas...
-Pero... ¡Ni siquiera se dónde estamos! Hace una hora pensé que había encontrado la puerta, y lo próximo que veo es a ti tendiéndome la mano para levantarme de un suelo en el que no recuerdo haber caído, y trayéndome a una caseta en medio de un paisaje que jamás he visto.
-¿Ahora me dirás que no recuerdas este lugar? Vaya por Dios, muchacha, a ver si he recogido a la persona equivocada... Dime qué es lo que recuerdas, qué es eso de la puerta.
-"Esta mañana me desperté con esa sensación, la que me lleva persiguiendo prácticamente toda mi vida consciente. Sentí como si alguien me estuviese llamando, diciéndome que estaba en el lugar equivocado.
Para quitármelo de la cabeza, me levanté y me puse en marcha, quería ir a dar un paseo para despejar la mente... Recuerdo que Carlos tenía compañía en el piso, pero no conocía a esas personas, así que me marché sin hacer mucho ruido.
Seguí caminando y caminando, y encontré un puente hecho con raices. Nunca había estado alli, pero me resultaba tan familiar... Lo crucé y seguí andando. Y poco a poco me inundó una sensación de calor y buenas vibraciones, como si hubiese encontrado mi hogar." Mientras trataba de escrutinar cada rasgo de Miguel, y mientras seguía contando la historia, me di cuenta de que sus ojos estaban... "húmedos". Poco a poco sentí que en aquel momento, en aquel lugar, no había nada más, no había nadie más que nosotros dos. Nuestros ojos penetraban en el otro como rayos de luz. De repente, me sentí segura.
"Y... Y fue entonces cuando encontré la puerta. Como soy muy curiosa, pero a veces me vence el miedo, eché un vistazo rápido a lo que parecía una aldea. En medio de la nada del bosque del que venía. Tan solo cruzando aquella puerta negra de metal.
Lo que vi alli me dejó perpleja" Mientras decía esto, una terrible bola se creó en mi garganta, y sentí cómo las palabras me abandonaban.
Miguel acercó cuidadosamente su mano, y me acarició la rodilla. Sentados alli, en frente el uno del otro, sin ningun otro propósito que desnudar nuestros pensamientos, supe que estábamos al 100%. Sentí cómo, aunque acabábamos de conocernos, ya formábamos parte el uno de otro.
-Continúa. No te preocupes, se cómo te sientes.- Sus labios no se movían mientras decía esto, y por un momento creí que me había vuelto loca. Miré alrededor y no vi nada. Solo él en una silla, enfrente de mi, acariciando mi rodilla. No había nada más. Y entonces me di cuenta. ¿Se estaba comunicando conmigo mentalmente? Pero no podia ser...
Sus palabras mudas me introdujeron en una burbuja de calma y serenidad, y así continué la historia.
"Lo que vi alli... Quiero decir, lo que sentí... La gente era feliz, te saludaban aunque no te conocieran, se ayudaban unos a otros y no sentí el terrible odio en sus corazones.
Lo primero que hice fue volver atrás, contra mi instinto. Sentí que debía cruzar aquellas puertas y cerrarlas tras de mi, para no perderme. Sentí que ese era el lugar donde debía haber estado toda la vida, y que solo había estado en lugares equivocados.
Asi que desandé mi camino, hasta que llegué a casa. Quería hacer las maletas y llevar a Carlos conmigo. Lo tendría todo.
Llegué a casa muy agitada, y traté de explicarle lo que vi, pero el no quiso escuchar. Me miraba como si hubiese perdido el juicio. Le agarré de los hombros, como para hacerle comprender que lo que decía era cierto, que tenía que marcharme, pero que no quería hacerlo sin él." Lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, no podía pararlas. Pero por alguna razón, no sentía más pena que la de ver a una persona que cerró los ojos ante la oportunidad de marchar a un lugar que lo cambiaría todo. Pena por él, y no por haberle perdido.
Lo único que contestaba a cada frase que decía, era que estaba ocupado, que aun tenía a aquellos clientes, y que estaban esperando por él.
"Por favor- le rogaba- ven conmigo... Una vez cruce aquella puerta, no seré capaz de volver"
En sus ojos pude ver rechazo, miedo... Por éso traté con todo mi ser de traerle conmigo, de cambiarle, de hacerle evolucionar conmigo..."
-Él no estaba preparado, como no lo estuviste tu la primera vez que encontraste este lugar.
-¿Qué quieres dec...?- De repente el fondo cambió. Su mano seguía acariciando mi rodilla, pero ya no estábamos solos. Ya no estabamos en su cabaña o en la obscuridad de la nada. Estabamos sentados en aquellas mismas sillas que habían sido partícipes de la historia que mis labios habían contado (pero no terminado), pero esta vez en el centro de Mediavía.- ¡¿Pero qué?!
-Por favor, continúa la historia.
-"Él continuó diciendo que estaba ocupado, y que no tenía tiempo para mis locuras... Como si no lo hubiese hecho antes, agarrarle del brazo y llevarle a sitios donde él no quería estar, o escuchar cosas en las que no creía, solo porque aquello era parte de mi.
Entonces me dijo: "Está bien, si es tan importante para ti, iré cuando termine con estos clientes, pero ahora tienes que dejarme ir con ellos, porque se están impacientando"
Cuando escuché ésto, mi alma se rompió en pedazos, porque supe que jamás volvería a verle. Se dió la vuelta y volvió con ellos, mientras yo, sin más equipaje que mi pena, caminé de vuelta al puente, y de alli a la puerta."
-Mmh.. Sigues hablando de un puente que jamás he visto. ¿Dónde se encuentra exactamente?
-Desde mi casa, subí unas escaleras que parecían llevar al cielo... en lo alto de aquel monte perdido en medio de la ciudad había unas vías del tren abandonadas, y siguiéndolas llegué al puente. Era aterrador, porque las raices y los troncos estaban carcomidos, no parecía muy seguro.
-¿Carcomidos por tus miedos? ¿Por el miedo de caminar sola? ¿Sin él?
-Pero era un puente físico, con raices y...
-Ese puente lo creaste tú. Tras las vías hay un inmenso espacio, el que une tu pasada realidad y esta. Cada uno refleja la manera de cruzar de una forma distinta, y tu elegiste un puente que no te inspiraba mucha seguridad. Los mismos miedos que tenías por caminar sola, crearon un puente que podría haberse desmoronado en cada paso que diste.
-¿Y entonces por qué no lo hizo?
-Porque sabías que, por mucho pánico que tuvieras por tener que hacerlo sola, ése era el lugar en el que tenías que estar. Algo en ti sabía que este sitio era el que finalmente daría asilo a tu crecimiento espiritual, donde los sentimientos de la Tierra dejarían de importar.
Jade, llevo llamándote toda la vida...
-¡Pero nunca oí tu llamada!
-Eso es mentira, y ambos lo sabemos. Todos aquellos sueños... Y por si lo has querido olvidar, has estado aqui antes.
-¿A-aqui?
-Aqui, en Mediavía. Me ofende que no me recuerdes, o que hayas querido olvidarme, pero nos hemos conocido antes.
-¿Pero cuándo...?- A cada palabra que él decía, mi perplejidad crecía.
-Cada vez que te has caído. Cada vez que no encontrabas la razón. Cada vez que querías rendirte. Cada vez que te has sentido sola. Yo he estado alli...
-En mis sueños...
-Recuerdo cuando aun eras una niña, y te perdiste por las sendas cercanas a la puerta de entrada a la aldea. Estabas tan asustada. Ni siquiera había un puente por el que cruzar, solo saltaste, porque no tenías miedo al vacío que había bajo tus pies. Y cuando estabas a este lado, te diste cuenta de que tu padre y tu madre no podían saltar. El agujero parecía hacerse más y más grande.
Por un momento consideraste quedarte, pero aunque te tendí la mano, no confiaste en mi. Aun no sabías lo que te esperaba, asi que creaste un pequeño riachuelo en el que podrías chapotear de vuelta al otro lado.
¿Recuerdas cómo casi te ahogas porque no recordabas que no sabías nadar sin flotador? Te ayudé a llegar al otro lado, porque supe que no estabas preparada, y no atenderías a razones.
Tus padres estaban tan felices de ver que estabas sana y salva... Jamás me vieron, porque solo estaba alli cuando tú me necesitabas. Siempre se han preguntado cómo pudiste salvarte aquel día... Que clase de milagro ocurrió.
-Desde aquel día no puedo acercarme al mar sin un sentimiento de enorme tristeza y miedo...
-Porque tu alma sabe que dejaste atras la oportunidad de crecer y encontrarte con tu destino, con el camino que lleva siguiendo paralelamente a todos los que has caminado en tu vida.
Sin darme cuenta, nos habíamos levantado y estábamos caminando.
Todo me daba vueltas. Todo lo que un día di por supuesto, temblaba bajo mis pies.
-Entonces, ¿ha sido todo mentira? ¿Mi amor por Carlos? ¿Por mis padres? ¿Mis amigos?
- No, simplemente en diferentes momentos, decidiste tomar diferentes caminos, que te llevaron a diferentes sitios. Solo cuando estuviste realmente preparada para aceptar el cambio, te dejaste guiar por mi llamada.
-¿Por qué Carlos no pudo venir?
-Ya te lo he dicho, no estaba preparado. Como tu cuando eras niña. Sus temores le ciegan. Algo en él sabía a dónde ibas, y que no ibas a volver de ese lugar, pero prefirió perderte a enfrentarse con la realidad.
-¡NO! Él me amaba... Estabamos destinados a estar juntos, lo sentía en mi corazón...
-El destino es algo que ninguno de nosotros controla aparte de nosotros mismos, si encuentras el sentido en esa frase.
Siempre has estado sola, Jade, y es algo que te ha torturado desde que te diste cuenta.
Siempre has sentido en tu interior que las almas que te acompañaban en tus caminos, no estaban realmente alli. Eran ilusiones...
Estabas destinada a vernir sola, porque los guerreros siempre hacen su camino solos.
-¿Y cuál es tu papel en todo ésto?
-Mi papel....
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